Pensamientos de Monseñor Roubineau

Dijo a los Jóvenes:
“Consideremos el mundo actual ¿quiénes son los jóvenes? ¿héroes? ¿valientes? ¿decididos?
“Valientes son aquellos pocos que sobreponiéndose a sus pasiones, saben vencer su respeto humano, menospreciando el que dirán y levantando la frente limpia, piensan en que tienen un alma que salvar a pesar de las vicisitudes del mundo”.
“Los jóvenes católicos de verdad, viven vida de lucha y por lo mismo aspiran a la corona de la victoria, venciéndose a si mismo, no valiéndose de la violencia para no dejarse arrastrar por la corrientes corrupta que la envuelve y a todo lo mancha...”

Nos invito a:
“Visiten a Jesús muchas veces durante el día, pónganse espiritualmente en su presencia desde el banco de estudio, desde el patio, desde el aposento de reposo y veréis cuan dulce es la vida viviendo íntimamente unidos con Jesús”.
“ María es vuestra Madre: acudid a Ella en todas las necesidades; en todas las dudas pedidle consejos. Vuestras obras todas sean para agradar a Dios y perfeccionar vuestro corazón, hasta hacerlo semejante al del Divino Maestro”.
“Cuan feliz debiera sentirse el alma piadosa; con cuanto provecho le resultaría depositar al pie del Sagrario sus pecados pasados, sus debilidades presentes y sus promesas para el porvenir-cuan dispuesta debiera estar para sobrellevar la Cruz diaria- si comprendiese la consagración de la misa: Este es mi cuerpo…Esta es mi Sangre que será derramada para la Salvación de muchos: que? Sí, Cristianos para la salvación de todos…”

Para crecimiento espiritual:
“Todos, el niño como el anciano, el sabio como el ignorante, el menesteroso como el opulento, el desgraciado que marcha con el corazón seco por el ardor malsano de sus pasiones y el alma muerta por el pecado como el sacerdote que encorvado ya por el peso de los años, sube trabajosamente las gradas del altar: son caminantes, caminantes que marchan por el sendero de la vida que conduce hacia la eternidad; caminantes que sedientos de felicidad, en todos los momentos de su existencia, van en busca de un objeto, de un ser, de un algo, que sacie la sed inmensa que sus almas experimentan de dicha y bienestar. Jesucristo Dios y Hombre juntamente: he aquí el objeto único de nuestra completa felicidad.”

A los educadores:
“La Escuela: llamada a formar personas religadas a Dios, para renovar la faz de la tierra”.
“Formar jóvenes: que tengan a Dios, capaces de servir a la patria y de formar hogares.”